A pesar de las señales de cautela monetaria por parte de los principales bancos centrales, tasas de interés siguen al alza
La Fed aumentó su proyección de crecimiento para EE.UU. a la vez que mantuvo su mensaje expansivo. En Chile las tasas también se ajustaron al alza.
Una de las noticias más esperadas por los mercados durante la semana fue la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la FED. En su actualización trimestral de proyecciones, el Comité revisó de manera muy significativa las perspectivas de crecimiento para este año, desde 4,2% en diciembre a 6,5%, por sobre el 6% que anticipaba el mercado. Detrás de esta corrección destacan el paquete fiscal recientemente aprobado y el favorable proceso de vacunación en ese país. A pesar de ello, el FOMC insistió en que el estímulo monetario se mantendrá por un tiempo muy prolongado debido al rezago del empleo y la evaluación de que la incipiente aceleración de la inflación sería transitoria. Los “dots”, por su parte, mostraron que siete de 18 representantes esperan al menos un alza de aquí a 2023 (vs. cinco de 17 en la reunión previa), y cinco esperan entre dos y tres alzas en dicho periodo. Esto podría indicar el inicio de un giro hacia un sesgo menos expansivo dentro de los integrantes del Comité.
En Europa, el Banco Central Europeo mantuvo la tasa de referencia sin cambios, tal como se esperaba, al tiempo que anunció la aceleración en el ritmo de compra de bonos de su Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés). Esto, ante la preocupación por el empinamiento en la curva de rendimientos. En la misma línea, el Banco de Inglaterra mantuvo su tasa inalterada en 0,1% y apuntó a que no la incrementaría hasta tener evidencia de un progreso significativo en el cierre de holguras.
En Latinoamérica, lo más relevante fue la decisión del Banco Central de Brasil de subir la tasa Selic en 75 pb (por sobre los 50 pb esperados), luego de una aceleración de la inflación desde comienzos de año y una economía que cerró 2020 de manera robusta. Detrás de la mayor inflación no solo ha estado el dinamismo de la actividad, sino también el incremento del precio de los combustibles y una nueva depreciación del Real, debido al sostenido aumento de la deuda pública y las dificultades en el manejo de la pandemia.
En este contexto, las tasas de largo plazo de los países avanzados continuaron con su racha alcista durante la semana, en especial las del Reino Unido y EE.UU. Estas últimas alcanzaron máximos desde enero del año pasado, llegando a 1,7%, lo que impulsó al dólar que cerró la semana al alza. Las tasas de Europa, por su parte, se tendieron a estabilizar ante los anuncios del ECB. A comienzos de la semana, los principales índices bursátiles subieron, favorecidos por las mejores perspectivas de crecimiento. La plaza China mostró también un repunte luego de conocerse el dato de producción industrial de febrero, que sorprendió al alza (35% vs 32% esperado). Sin embargo, al cierre de este informe, las bolsas corrigieron gran parte de los avances y registran caídas en torno al 1% en EE.UU. y cerca de 3% en China.
Los commodities mostraron movimientos divergentes, con el precio del cobre volviendo a subir por sobre US$ 4,10 la libra (+2%) y el petróleo WTI registrando una caída significativa, del 7%.
Tendencias globales contagian los mercados locales
Al igual que en las principales economías, las tasas de interés de largo plazo siguieron subiendo durante la semana (+10 pb) impulsadas tanto por el mejor entorno global como por el significativo avance del proceso de vacunación. Al cierre de este informe, cerca de 5,5 millones de personas (28% de la población) habían recibido al menos una dosis y cerca del 14% de la población total contaba con las dos inyecciones. Esto mismo hizo que la bolsa local siguiera escalando los primeros días de esta semana (+1%), aunque con cierta reversión al cierre de este informe debido a nuevos anuncios de confinamiento. El tipo de cambio mantiene una tendencia a la baja debido a la evolución del dólar a nivel global que ha perdido fuerza en lo más reciente y a precios del cobre que se mantienen por sobre la barrera de los US$ 4 la libra.
Cierre de Cuentas Nacionales muestra que la contracción del PIB en 2020 (-5,8%) fue algo menor de lo estimado previamente
El retroceso de la actividad económica derivado del Covid-19 se reflejó principalmente en el consumo (-6,8%) y la inversión en capital fijo (-11,5%), con lo que la demanda interna se contrajo 9,1%. El sector externo compensó parcialmente el impacto (incidencia positiva de 3,4 pp), tanto por la resiliencia de las exportaciones como por la sustantiva reducción de las importaciones.
En tanto, la revisión de las cifras mensuales confirma que el cierre del año pasado deja un punto de partida alto para la actividad este año. Sectorialmente, el comercio continúa muy dinámico y las manufacturas se estabilizaron sobre sus niveles pre pandemia. Los servicios -el sector más golpeado por las medidas de distanciamiento social- han tenido una recuperación lenta pero persistente, y en enero se ubicaron solo 2% por debajo del dato de febrero 2020, el peak previo a la crisis sanitaria.
En este escenario revisamos nuestra estimación de crecimiento para 2021 a un rango de entre 6%-7% (superior al rango previo de 5,5% – 6,5%). Lo anterior no está exento de riesgos. El cierre de las holguras de la economía puede retrasarse con las nuevas restricciones al desplazamiento. Con todo, prevemos que el Banco Central continuará con el estímulo monetario en el horizonte de política -a pesar de la acentuada alza de las tasas swaps que sugieren un retiro más anticipado- lo que sería comunicado en el próximo Informe de Política Monetaria.