Titulares que impactaron en el comportamiento esta semana:
Focos Nacionales e Internacionales
En Chile, la actividad económica creció 3,7% durante junio, pero se demuestra una desaceleración en términos anuales.
En Estados Unidos, la economía volvió a caer durante el segundo trimestre, evidenciando una recesión en el país.
En la eurozona, la inflación alcanzó su máximo en doce meses, principalmente por energía y alimentos.
Fuertes datos laborales en EE.UU. vuelven a tensionar los mercados financieros
Cifra daría espacio a la Fed para mantener el tono de la política monetaria
La creación de empleo no agrícola de julio en EE.UU. estuvo muy por sobre lo esperado (528 mil vs 250 mil esperados y 372 mil el mes anterior). Esto hizo que, a pesar de la desaceleración económica, la tasa de desempleo retrocediera hasta un 3,5% (3,6% previo). Con ello, las perspectivas de una moderación en el proceso de alzas de tasas por parte de la Fed se postergan. Por su parte, el Banco de Inglaterra decidió, por sexta vez consecutiva, incrementar su tasa de referencia en 50 pb, hasta 1,75%, debido a las significativas presiones inflacionarias que sigue enfrentando su economía.
En este contexto, las tasas largas terminaron subiendo más de 10pb en promedio durante la semana, destacando el T10 en EE.UU. (+18pb) –que cerró en 2,8%– y el dólar se apreció (el DXY subió 1% hasta 106,6 puntos). En tanto, las bolsas globales mostraron movimientos divergentes, con una leve expansión en términos generalizados (MSCI global: +0,6%) y caídas en las plazas de la región (MSCI Latam: -0,3%) y en China (-0,3%), en un entorno de persistentes tensiones geopolíticas.
Más allá de los datos de empleo en EE.UU., los indicadores de actividad conocidos durante la semana entregaron lecturas mixtas. En la zona euro, los PMI de servicios y compuesto resultaron positivos (servicios: 51,2 vs 50,6 esperado; compuesto: 49,9 vs 49,4 esperado), mientras que el de manufactura cayó 49,8 puntos y las ventas minoristas se contrajeron en junio, contrario a lo esperado (-1,2% m/m esperado vs 0% previsto). En China los PMI de servicios también fueron negativos. A su vez, en EE.UU. los indicadores de servicios resultaron algo por sobre lo previsto (PMI: 47,3 vs 47,0 previo; ISM: 56,7 vs 53,5 esperado), al igual que las cifras de órdenes industriales (2% vs 1,2% esperado) y de bienes durables (2% vs 1,9% esperado) que se expandieron en junio, sorprendiendo al alza.
Finalmente, los precios de commodities presentaron descensos importantes. Los futuros del maíz y el trigo en EE.UU. cayeron 1% y 4% (índice agregado: -6%), tras la renovación de las exportaciones agrícolas desde Ucrania luego de que barcos con granos pudiesen salir desde Odesa. Esto aminoró la preocupación por el suministro de granos, en un contexto donde las expectativas de demanda global se han debilitado. Por lo mismo, hacia delante estas bajas de precios debiesen continuar, lo que ayudará a contener las presiones inflacionarias globales.
Renta fija local responde al escenario de desaceleración económica
Las cifras conocidas esta semana del Imacec mostraron que la desaceleración de la economía continúa (-0,2% m/m), aunque a un ritmo algo más moderado que el esperado. Con el dato de junio, las cifras preliminares del segundo trimestre del año muestran una expansión en relación al trimestre anterior (0,3% t/t) y una caída si se descuenta el sector minero (-0,2% t/t). Así, aunque más lento de lo esperado inicialmente, la economía continúa retrocediendo y estimamos que se acreciente durante la segunda mitad del año, especialmente en los sectores de comercio y servicios.
Una visión de deterioro también se evidencia en la actividad de las empresas, según se desprende del reciente Informe de Percepciones de Negocios del Banco Central. Los niveles de ventas han disminuido, los costos siguen subiendo y las dificultades para encontrar trabajadores continúan elevadas –aunque algo menos que en el trimestre previo.
En respuesta, el mercado de renta fija ha intensificado la inversión en la curva de retornos. Las tasas de corto plazo suben en torno a 10 pb en la semana mientras que las tasas de largo plazo lo hacen en menor magnitud (BTP: 6,7%; +2 pb). Esto debido a la compensación parcial de dos efectos opuestos. Por un lado, el alza de las tasas internacionales ante un entorno de mayores presiones inflacionarias y, por otro, la presión a la baja de un escenario de menor crecimiento en el mediano plazo.
En tanto, el tipo de cambio que había detenido la tendencia apreciativa vuelve a subir con fuerza al cese de este informe para cerrar en $920 (+2% semanal). Esto ante el abrupto aumento del dólar global y las expectativas de mayores tasas internacionales, mientras que el precio del cobre se mantiene en torno a US$3,6 por libra (0,2%).
Datos sectoriales muestran resultados mixtos y comercio continúa cayendo
El tipo de cambio se recupera ante caída del dólar internacional, mayor precio del cobre y visión menos agresiva de la Fed
El INE publica cifras sectoriales mixtas en relación a lo esperado. Por una parte, si bien el comercio minorista continúa con su contracción (-0,5% m/m desestacionalizada), estando en línea con lo esperado por el mercado y algo por sobre nuestras estimaciones (-6,1% a/a vs Bloomberg: -6,1% y Santander: -6,4%), el comercio total mostró un desempeño peor al que anticipábamos. Por su parte, la producción industrial exhibe una variación anual por sobre la esperada (-1,5% a/a vs Bloomberg: -2,0% y Santander: -1,7%), principalmente incidido por la producción manufacturera (-2,5% a/a vs Bloomberg: -2,6% y Santander: -3,5%) y una actividad minera que se contrae de manera importante (-2,1% a/a vs Santander: -0,9%). A pesar de lo anterior, la producción industrial presenta una aceleración en el margen (0,5% m/m desestacionalizado), explicado por una fuerte expansión del sector manufacturero en el período (1,8% m/m desestacionalizado).
Con todo, aunque el sector manufacturero estuvo por sobre nuestras expectativas, este no logra compensar la mayor caída en minería y del comercio total, por lo que corregimos a la baja nuestra estimación del crecimiento de la economía desde 3,4% a un 3,1% a/a en junio.
En tanto, las cifras de empleo conocidas ayer muestran una destrucción neta de empleo en junio (-16,6 mil puestos), por primera vez en un año. Si bien esto se debe en parte a factores estacionales, el dato confirma la desaceleración en la creación de puestos de trabajo que viene observándose desde hace un tiempo. Con todo, la tasa de desempleo se mantuvo estable en 7,8% debido a la salida de personas desde la fuerza de trabajo.
A diferencia de trimestres previos, tanto hombres como mujeres revelan una variación negativa en el empleo respecto del trimestre móvil anterior (-11,8 y -4,9 mil, respectivamente). Ante esto, aumenta la brecha del empleo en relación la tendencia pre pandemia, quedando en torno a los 310 mil puestos de mujeres y 270 mil puestos de hombres.
A pesar de alza de tasa de la Reserva Federal, los mercados repuntan
Esta semana, el Consejo de la Fed decidió, en forma unánime, subir en 75pb la tasa de referencia para ubicarla en el rango 2,25% – 2,5%. Si bien se esperaba un incremento de esta magnitud, había una porción del mercado que apostaba por algo más agresivo (+100pb). El hecho que esto no se haya materializado, sumado al tono de las declaraciones de Jerome Powell que –reafirmando la preocupación por la inflación– condicionó las siguientes decisiones a los datos económicos y que en algún punto sería apropiado reducir el ritmo de incrementos, hizo que las tasas de mediano y largo plazo retrocedieran y los principales índices bursátiles se movieran al alza (S&P: 3,8%, MSCI global: 2,2%). El dólar global detuvo su aumento (DXY: 106 puntos) y los precios de materias primas cerraron al alza: el cobre subió 5% (hasta US$ 3,5 la libra) y el petróleo lo hizo en 2%, hasta los US$100 el barril.
La decisión de la Fed se dio en un contexto de perspectivas económicas más débiles. El FMI volvió a revisar a la baja las proyecciones de crecimiento para este año en Estados Unidos, desde 3,7% a 2,3%, y del mundo, desde 3,6% a 3,2%, y las cifras del PIB norteamericano al 2T22 –conocidas después de la reunión del FOMC– sorprendieron a la baja con una contracción de 0,9% trimestral anualizada (+0,4% esperado), confirmando que esta economía se encuentra en una recesión “técnica” (dos caídas trimestrales consecutivas de la actividad). Con todo, hubo una lectura menos dramática de los datos: el consumo privado siguió subiendo (1% t/t), varios indicadores mensuales en el margen no muestran una caída significativa y el mercado laboral sigue exhibiendo una relativa fortaleza.
Activos locales se acoplan a las ganancias de los mercados globales
Siguiendo a los mercados internacionales, los activos locales presentan alzas en la semana. La bolsa sube 1% hasta los 5.270 puntos, en línea con favorables resultados corporativos. En tanto, la caída del dólar global, el mayor precio del cobre y una visión de alzas más moderadas por parte de la Fed devolvieron al tipo de cambio hasta niveles en torno a $905 (-$50 en la semana). A lo anterior también contribuyó el programa de venta de divisas del Banco Central y del Ministerio de Hacienda que, a pesar de involucrar un monto menor al de la semana anterior, implicó ventas spot y forward por un total de US$2.800 millones.
La apreciación de la moneda ha sido significativa desde la intervención cambiaria (-14%), lo que permitiría aliviar las presiones inflacionarias que se habían intensificado a comienzos de mes. En efecto, la fuerte depreciación de la moneda, junto al deterioro del escenario externo, fueron los principales factores que el Consejo del Banco Central tuvo en consideración en la RPM de julio.
Tal como se desprende de la minuta, el impacto inflacionario de corto plazo tuvo una ponderación algo mayor en la decisión de subir la TPM en 75 pb (vs la opción de 50) argumentando que era necesario tener una trayectoria de tasas mayor a la prevista en junio para retornar a la meta de 3%. Así, de mantenerse un tipo de cambio más apreciado –con un escenario externo de menores perspectivas de crecimiento– es previsible que las siguientes decisiones de política vuelvan a otorgar un mayor peso a “las fuerzas contractivas de mediano plazo”, lo que implicaría alzas de TPM en magnitudes inferiores a los recientes.
Esta visión también parece estar siendo incorporada por el mercado, con tasas swap de largo plazo que descienden en torno a 40 pb en la semana –ante perspectivas más débiles de la economía y del mercado laboral– y tasas de corto plazo con movimientos acotados.
(Fuentes: AFP CAPITAL, BANCO CENTRAL, BLOMBERG, DIARIO FINANCIERO, EL DÍNAMO, EL MOSTRADOR, INE, SANTANDER)