Visión de mercados
Mercado laboral muestra señales de estabilización
A pesar del nivel récord para el desempleo (13,1%), los datos de empleo muestran cierta estabilidad en el margen, dando cuenta de que el peor momento podría estar quedando atrás.
El aumento de la tasa de desempleo reportado por el INE era esperable considerando que refleja el trimestre móvil con mayor impacto de la pandemia (mayo-junio-julio). El empleo total cayó 20,6% a/a, muy similar a la cifra del trimestre móvil previo, mientras que la fuerza de trabajo retrocedió 15,6% a/a (misma cifra del trimestre móvil anterior). Lo anterior da cuenta de cierta estabilización en la situación laboral, a diferencia de lo que se había observado en meses previos donde se registraron fuertes destrucciones de puestos de trabajo.
Los ocupados ausentes continúan en niveles históricamente altos (760 mil más que hace un año), lo que está en línea con las 790 mil personas reportadas bajo la Ley de Protección del Empleo a fines de julio, según la Superintendencia de Pensiones. Si se considera solo el empleo efectivo –excluyendo los ausentes– este registra una caída de 31% respecto del año previo. Esto es más del doble de la caída del PIB, lo que apunta a cambios en la composición del producto hacia actividades menos intensivas en trabajo y posibles ganancias de eficiencia.
En los próximos meses, a medida que avance el desconfinamiento, se producirán dos fenómenos. Primero, se recuperará el empleo efectivo en tanto los trabajadores ausentes debiesen gradualmente retornar a sus labores. También es posible que se recupere el empleo total, debido al levantamiento de restricciones sanitarias que impiden el desarrollo de una serie de actividades. Segundo, es posible que un mayor número de personas busque trabajo, lo que hará que la fuerza de trabajo se recupere. Por lo mismo, podríamos ver un aumento en la tasa de desempleo, aun cuando la tasa de empleo sube.
Mercados locales presentan movimientos mixtos
La bolsa tendió a retroceder durante la semana, empujada por el reporte de los magros resultados del segundo trimestre de algunas empresas de retail y de movimientos en los fondos de pensiones. El peso se fortaleció en la semana cerrando por debajo de $ 780 por dólar, debido al avance del precio del cobre y el retroceso global de la divisa norteamericana. En tanto, las tasas en UF cayeron más de 25 pb durante la semana. Con ello, la tasa en UF a 10 años se ubicó por debajo de -0,5%, nuevo mínimo histórico. En este contexto, las compensaciones inflacionarias tendieron a subir, apuntando a que podría haber algo de mayor presión inflacionaria hacia delante.
Durante la semana la agencia Moody’s rebajó desde “estable” a “negativa” la perspectiva de rating creditico para la deuda soberana de Chile. La calificación vigente (A1) mantiene a Chile a la par con Japón, Israel, China y Estonia y se encuentra dos notch por encima de Perú, el siguiente país latinoamericano. La decisión es análoga a la realizada por Fitch y S&P en marzo y a fines de abril, respectivamente.
Nueva declaración sobre objetivos de largo plazo de la Fed da señal de mayor expansividad para su política monetaria
En la conferencia de Jackson Hole que se realizó esta semana, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dio a conocer la actualización de la definición de los objetivos de largo plazo de la institución con dos importantes cambios. El primero, apunta a que la política monetaria, más que preocuparse por mantener el empleo en su nivel máximo, buscará que no esté por debajo de ese nivel máximo. Es decir, se introduce una asimetría en la evaluación del impacto del mercado laboral en las decisiones de la Fed. El segundo cambio se refiere al objetivo inflacionario. En vez de tener como meta que la inflación se ubique en torno a 2%, en la nueva declaración se hace explícito que el objetivo será que esté, en promedio, en 2%. De esta manera, se reconoce que, si ésta se ha ubicado un tiempo prolongado por debajo de esa cifra, será necesario encontrar la forma de que esté por sobre ella durante algún tiempo. Si bien en varias de sus decisiones en los últimos años el FOMC había dado señales de estar preocupados de esta inflación promedio, la nueva declaración de objetivos de largo plazo lo hace explícito y se formaliza dentro de la institucionalidad de la Fed.
Ambos cambios apuntan a una política monetaria más laxa. En el caso del objetivo asimétrico para el empleo, la Fed intentará estimular la economía cuando perciba que existen déficits respecto de su nivel máximo, pero no necesariamente retirará estímulo cuando el empleo se ubique por sobre este nivel. En el caso de la inflación, dado que han pasado varios años en que se ha encontrado por debajo de 2%, para que en promedio llegue a esa cifra serán necesarios varios años por sobre esta, lo que también apunta a una política más expansiva.
Luego de que se hiciera pública esta actualización de los objetivos de largo plazo de la Fed, los mercados reaccionaron al alza, las tasas tendieron a caer y el dólar se depreció a nivel global. El S&P 500 tuvo un avance superior a 2,5% en la semana, apuntalado no solo por las declaraciones de Powell, sino que también por la aprobación de la FDA de un tratamiento de plasma contra el Covid-19 y la confirmación de la vigencia de la Fase 1 del acuerdo comercial entre China y EE.UU.
En la semana, el precio del petróleo volvió a subir y llegó a niveles máximos en casi cinco meses, incidido por estimaciones de una nueva caída de inventarios y por el impacto del cierre de plataformas petroleras en el Golfo de México ante el avance del huracán Laura. En tanto, el cobre tuvo una semana de fuerte movimientos, pero cerró con un alza significativa en torno a US$ 3 la libra, luego del acercamiento de posiciones entre China y EE.UU. y las declaraciones de Powell.