Titulares que impactaron en el comportamiento esta semana:
Focos nacionales e internacionales
El presupuesto 2022 vive momentos claves. Los expertos advierten que se debe realizar un fuerte ajuste al déficit fiscal.
El proyecto que permite un 4to retiro de los fondos previsionales, continúa discutiéndose en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados.
Para evitar su caída, los reguladores financieros chinos pidieron a la inmobiliaria Evergrande Group terminar sus obras y pagar a los inversionistas.
El Banco Central de EE.UU. proyectó que el PIB crecerá 5,9% este año y que en 2022 la actividad se desaceleraría a 3,8%.
También en Estados Unidos, más de 675 mil personas han muerto por Covid-19. Pese a esto, en noviembre se levantarán las restricciones para que ciudadanos de la Unión Europea ingresen al país.
Presupuesto 2022 entrega potente señal de consolidación fiscal
Fed anticipa inicio del tapering en noviembre y los mercados globales giran su atención a la situación financiera en China
Adelantándose al plazo de fin de mes, el Gobierno ingresó al Congreso el proyecto de Ley de Presupuestos 2022, con una fuerte reducción del gasto (-22,5% a/a) respecto a la ejecución estimada para este año. Con ello, como fracción del PIB, volvería a niveles similares a los previos a la pandemia (en torno a 24% del PIB) y el déficit se reduciría desde un 8,5% del PIB proyectado para este año hasta un 2,8% del PIB. El monto de la reducción del gasto es coherente con el compromiso fiscal de llevar el déficit estructural desde un 11,5% de PIB este año hasta 3,9% de PIB y es algo más ambicioso de lo que habíamos anticipado en reportes previos, donde estimábamos que el recorte podría ser de entre 15% y 20%.
Esta significativa consolidación fiscal es fundamental para que la deuda pública (que cerrará el año en torno a 35% del PIB) vuelva a una senda sostenible en el tiempo. Ya a comienzos de semana, el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) había advertido que, de no producirse una corrección importante del gasto, se corría el riesgo de entrar en una dinámica insostenible para la deuda, la que en pocos años podría duplicarse. Con el monto contemplado en el Proyecto de Ley la deuda se mantendrá por debajo de 40% del PIB a fines del próximo año.
La fuerte caída del gasto público implicará un significativo freno al impulso fiscal (el déficit público retrocede en más de 4pp de PIB, en tanto que el estructural lo hace en más de 6pp de PIB), con el consiguiente impacto en la demanda interna y el PIB. Dado lo anterior, es poco probable que el Banco Central busque llevar la política monetaria a un terreno contractivo, lo cual implicaría poner un doble freno a la economía. Por lo mismo, estimamos que el Consejo será muy cauto en sus siguientes movimientos de tasa y la TPM no sobrepasaría su nivel neutral como anticipan los precios financieros. Así, es probable que en los próximos días veamos correcciones a la baja en la curva de rendimientos.
Con todo, la experiencia de este año deja claro que ante un recrudecimiento de la situación sanitaria las autoridades podrían empujar medidas extraordinarias–como ha sido el IFE universal–, lo que en 2022 se vuelve más relevante considerando que será el primer año de una nueva administración. Así, si bien la propuesta del Gobierno va en la dirección correcta para encauzar la política fiscal en una senda sostenible, mientras esté latente la pandemia no es descartable ver mayores gastos que los presupuestados. Una diferencia clave, sin embargo, es que la capacidad de financiar gastos extraordinarios con recursos de los fondos soberanos prácticamente no existe (el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) pasó de tener más de US$ 14.000 millones en el tercer trimestre de 2019 a un saldo actual cercano a US$ 2.500 millones), por lo que de buscar ir más allá del presupuesto requerirá nuevas autorizaciones del Congreso.
Mercados locales vuelven a presentar pérdidas
Luego de una semana muy noticiosa y con una elevada volatilidad internacional, los activos locales presentaron significativas caídas. El principal índice de la bolsa local se movió nuevamente bajo los 4.400 puntos, acumulando una caída semanal de 2%. En esto influyó el desplome de las bolsas globales y el anuncio del Gobierno de la reducción de diversas exenciones tributarias para financiar el proyecto de la ley corta de pensiones, entre las cuales se incorpora el pago de impuestos por las ganancias de capital en el mercado bursátil.
El tipo de cambio cerró en torno a $790, con una nueva depreciación (1% en la semana). Esto, tras la corrección en el precio del cobre derivado en parte por las dificultades de la gigante inmobiliaria Evergrande en China y por el fortalecimiento del dólar a nivel internacional en reacción a los anuncios de la Fed.
Las tasas de interés locales que habían acumulado importantes caídas hasta mediados de la semana (-10 pb) vuelven a subir en lo más reciente, cerrando el BTP 10 años en 5,2%, en línea con el alza de las tasas internacionales y por la incertidumbre asociada a la discusión parlamentaria en torno al cuarto retiro de los fondos de pensiones. En tanto, las tasas swap presentan nuevos aumentos de tres a cuatro pb, lo que parece no incorporar aún el impacto del escenario de mayor ajuste fiscal, según el anuncio de la Ley de Presupuesto por parte del Gobierno.
Fed anticipa inicio del tapering en noviembre y los mercados globales giran su atención a la situación financiera en China
Durante la semana, las principales novedades fueron las señales que dieron los bancos centrales -especialmente en EE.UU. e Inglaterra- de adelantar el inicio del retiro de estímulos ante el avance de la recuperación económica pero, sobre todo, en un contexto de altas presiones inflacionarias, lo que llevó a las tasas de largo plazo a subir de manera importante (+10 pb en promedio). En el caso de la Fed, en la conferencia de prensa, Powell señaló que la moderación en la compra de activos podría iniciarse tan pronto como en noviembre y continuar hasta mediados de 2022, momento a partir del cual se advierte que podría empezar la normalización monetaria (antes se esperaba en 2023). Ahora, nueve de 18 miembros del Comité apuntan a un incremento en la tasa durante el próximo año (vs. los siete de la reunión de junio). Ante el aumento de los contagios de Covid-19 y la posible desaceleración en la reactivación económica, prevén menos crecimiento del PIB en 2021 (corrección desde 7,0% a 5,9%) y más desempleo (desde 4,5% a 4,8%). También anticipan una mayor inflación este año (4,2% vs. 3,4% previamente), manteniéndose por sobre 2,0% hasta 2024. Esto último da luces de la preocupación aún latente de que los shocks inflacionarios tengan un efecto más permanente del previsto.
China también pasó a ser el foco de atención en los mercados internacionales, ante la posibilidad de quiebra de una de sus empresas inmobiliarias más grandes y endeudadas -Evergrande, con pasivos de más de US$ 300 mil millones- que incumplió ayer el pago relacionado a un bono en dólares por US$ 83,5 millones, iniciando así un periodo de gracia de 30 días antes del default. Las autoridades chinas, hasta el momento, solo han dado soporte a la liquidez del mercado, pero ninguna señal aún de rescate directo, por lo que se evalúan los riesgos de la quiebra y el impacto en los mercados financieros globales. Al cierre de este informe, no se conocían declaraciones de la empresa. Adicionalmente, el Banco Popular de China declaró como actividad financiera ilegal a las transacciones de monedas virtuales, añadiendo volatilidad al mercado.
En este contexto, los principales índices bursátiles cierran la semana con movimientos mixtos, eliminando parte de las ganancias de la semana (MSCI Emergentes: -0,5%; EE.UU: +0,2%; Zona Euro: +0,8%; China: -0,1%) y con un repunte de la aversión al riesgo (VIX: vuelve a ubicarse por sobre 20 puntos). Por su parte, el precio del cobre retrocede levemente y se mantiene en torno a US$ 4,2 la libra, mientras el petróleo WTI continúa con una tendencia alcista (+2%; US$ 73,4 el barril), con un dólar global que se fortalece levemente respecto al cierre de la semana previa (DXY: -0,2%).
Retiro del estímulo monetario continuaría con alzas de 50 pb en las próximas reuniones
En EE.UU., la inflación detuvo la tendencia alcista y sorprendió a la baja, poniendo paños fríos a las expectativas y dando espacio de maniobra a la Fed.
Según se desprende de la minuta de la Reunión de Política Monetaria (RPM) del pasado 31 de agosto, el Consejo ratifica un escenario hawkish para la política monetaria, en línea con los antecedentes entregados en el último IPoM, y confirma nuevas alzas de la TPM entre 50 y 75 pb por varias reuniones hacia adelante, para converger a su valor neutral –en torno a 3,5%- hacia mediados del primer semestre de 2022.
El análisis de la minuta destaca que las opciones revisadas fueron alzas de 50 pb o 75 pb. Si bien la opción de subir 50 pb tenía la ventaja de ser la que esperaba el consenso de mercado, el Consejo consideró más apropiado subir 75 pb debido al extraordinariamente bajo nivel de la tasa y a que un movimiento de esta magnitud permitiría “anticipar el retiro del estímulo monetario y ganar espacios frente a escenarios de sensibilidad donde la inflación fuera mayor”, lo que ya se había observado en las altas expectativas de inflación a mediano plazo, tanto en los precios de mercado como en las encuestas. También se mencionó que la decisión obedecía a una estrategia comunicacional, para que el mercado incorporara una trayectoria de tasa claramente superior a la que consideraba en ese momento.
Estimamos que el escenario más plausible es que el Consejo eleve la TPM en 50 pb en las reuniones de octubre y diciembre, para cerrar el 2021 en 2,5%. Sin embargo, no se descarta un escenario de alzas de mayor cuantía si los indicadores económicos a futuro siguen sorprendiendo al alza, o bien, las expectativas inflacionarias no retroceden a niveles en torno a la meta de 3% en el mediano plazo, manteniendo elevado el riesgo de desanclaje de expectativas.
Hacia el próximo año, prevemos que el retiro del estímulo sería más lento que lo proyectado por la autoridad monetaria y, en parte, esto ha ido incorporándose en los precios de mercado. En efecto, las tasas swap presentan una moderación durante la semana (-15 pb en promedio) y, si bien siguen reflejando una tasa de referencia en torno a 3% a fines de este año, han moderado el nivel para fines del 2022 a un rango entre 4,5% y 4,75% (5% hace una semana).
Inflación sorprende positivamente en EE.UU.
En el ámbito internacional, la atención estuvo puesta sobre el IPC de agosto en EE.UU. que, si bien se mantuvo en 5,3% en términos anuales, resultó algo menor a lo esperado por el mercado (0,3% m/m vs. 0,4%), dando alivio a las presiones inflacionarias de meses previos y provocando caídas en las tasas de interés (T10: -5pb). El componente subyacente mostró una moderación (0,1% m/m vs. 0,3% esperado; 4,0% a/a vs. 4,2% previsto), destacando la desaceleración en ítems que venían con altas incidencias (vehículos usados: -1,5% m/m, primera reducción luego de cinco alzas consecutivas). Lo anterior, le da espacio de maniobra a la Fed de cara a su próxima reunión del 22 de septiembre, en la que se esperan nuevos antecedentes de posibles reducciones en las compras de activos.
Los mercados financieros exhiben movimientos mixtos (MSCI Emergentes: -1%; China: -3%; LatAm: +1%; Zona Euro, EE.UU. y Reino Unido: virtualmente planos). Resalta la caída en la bolsa china, afectada por rebrotes de contagios de Covid-19 que llevaron a las autoridades a imponer nuevos confinamientos (Xiamen, provincia de Fujian, con más de cinco millones de habitantes), en medio de un contexto de desaceleración que puede verse afectado ante las nuevas restricciones. En línea con esto, el precio del cobre se ajustó a la baja con respecto al cierre de la semana previa (-2%; US$ 4,4 la libra), mientras el petróleo WTI continúa con su senda alcista (+4%: US$ 72,6 el barril), con un dólar global estable.
(Fuentes: AFP CAPITAL, Banco Central, Bloomberg, Diario Financiero, Dipres , El Dínamo, INE, RiskAmerica, Santander)