Mercados financieros se tensionan ante propagación del coronavirus
Contagio del virus en China se estabiliza, pero propagación a otros países genera temor. Los mercados financieros globales reaccionaron con fuertes caídas bursátiles y alzas en las primas por riesgo. En la medida en que se logre una contención adecuada de los nuevos brotes y se avance en tratamientos efectivos, los mercados financieros debiesen recuperarse.
Mercado vuelve a apostar por una política monetaria más expansiva en los países avanzados. De acuerdo con los precios futuros, se esperan dos recortes por parte de la Fed este año. Las tasas de largo plazo han caído con fuerza y se vuelven a ubicar en mínimos históricos.
Peso se deprecia con fuerza. El tipo de cambio se mantuvo presionado en respuesta al nerviosismo de los mercados por la expansión del virus y por la caída del precio del cobre.
Mejores datos de actividad en Chile. En enero, el comercio minorista siguió recuperándose y el sector manufacturero tuvo un crecimiento importante. Estimamos que el Imacec de enero, que se conocerá el lunes, se habría expandido en torno a 1,2%.
Mercado laboral muestra resilencia. La tasa de desempleo del trimestre móvil terminado en enero alcanzó 7,4%, cifra mayor a la registrada en el mismo periodo del año previo y algo por debajo de nuestra proyección. Tal como se anticipaba, las cifras del mercado laboral actualizadas muestran que la fuerza de trabajo y la creación de empleos en los últimos años fue algo más dinámica.
Mercados financieros globales reaccionan a la propagación del coronavirus
En la medida en que se avance en tratamientos efectivos, es probable que los mercados reviertan parte de las caídas recientes. A pesar de que los nuevos casos de contagio en China han disminuido durante esta semana, la propagación del virus a varios países fuera de Asia produjo fuertes movimientos en los mercados financieros globales. Las bolsas cayeron con fuerza Dow Jones: -13,8%; MSCI Latam: -10,4%) y los precios de las materias primas volvieron a retroceder. Al cierre de este informe, el cobre se cotizaba en torno a US$ 2,5 la libra y el petróleo en US$ 44 el barril.
En este contexto, los indicadores de volatilidad presentaron aumentos importantes. El VIX superó el 40% durante la semana, niveles que no se observaban desde el “lunes negro” de agosto de 2015, cuando temores por el crecimiento de China golpearon con fuerza a los mercados.
Si bien los casos fuera de China han ido en aumento, la tasa de mortalidad en general se mantiene baja. Por lo mismo, estimamos que en la medida en que la tasa de contagio se estabilice y se avance en tratamientos efectivos, los mercados debiesen recuperar parte importante de las pérdidas vistas en las últimas semanas.
Con todo, el mercado ha vuelto a apostar por una política monetaria más agresiva por parte de los principales bancos centrales. Los futuros de la Fed Fund Rate (FFR) tienen implícitos recortes en las reuniones de junio y septiembre de este año -lo que contrasta con las expectativas de mantención un mes atrás-– y posibles recortes adicionales en 2021. Ello se ha traducido en fuertes caídas de las tasas largas, la que han vuelto a ubicarse en mínimos históricos.
Activos locales se deterioran en línea con la tendencia internacional
Aumenta volatilidad de tipo de cambio, aunque se mantiene en niveles inferiores a los del anuncio de la intervención.
El IPSA bajó más de 6% –con una caída transversal en todos los sectores–, las tasas de interés de los bonos de gobierno retrocedieron y las primas por riesgo presentaron aumentos. El tipo de cambio se depreció alrededor de 2,1%, algo menos que otras paridades de la región. Con esto, la volatilidad implícita de la moneda local continuó aumentando, aunque se mantiene en niveles inferiores a los que se presentaban cuando el Banco Central anunció su intervención en el mercado cambiario formal.
Actividad local sigue mostrando recuperación Imacec de enero se habría expandido en torno a 1,2%.
En enero, la producción manufacturera completó su tercer mes consecutivo de expansión y sorprendió fuertemente al alza con un crecimiento de 3,4% (Santander: 1%; Bloomberg: 1,7%).
Las ventas minoristas, en tanto, tuvieron su primer resultado positivo desde que comenzara el estallido social, con una expansión anual de 0,1% (Santander: -1%; Bloomberg: -1,5%). Por su parte, la producción minera creció solo 1%, bastante por debajo lo esperado.
El dato de manufacturas confirma que el impacto de la crisis en ese sector ha sido acotado –en octubre el indicador se contrajo 5,7%-, mientras que la cifra de comercio da cuenta de una incipiente recuperación aun cuando las ventas de vehículos -uno de los principales componentes- siguen cayendo con fuerza. Con estos resultados, estimamos que el Imacec de enero –que se conocerá este lunes– se habría expandido en torno a 1,2%.
Mercado laboral se muestra resiliente
El INE informó que la tasa de desempleo en el trimestre noviembre-enero habría alcanzado 7,4%, registrando un incremento de 0,3 pp respecto del dato previo y en doce meses. Todo lo anterior, de acuerdo con las series revisadas que publicó el instituto estadístico, en el contexto de una actualización metodológica que estaba programada para esta publicación.
El empleo total creció 2,1% a/a (misma cifra que el promedio de 2019), mientras que la fuerza de trabajo se expandió 2,5%. Al cierre de este informe, el INE no había publicado la desagregación del empleo en sus componentes asalariado y por cuenta propia.
Los cambios metodológicos se tradujeron en una actualización de la información histórica, desde 2010, incorporando de mejor manera el gran influjo migratorio de años previos. Así, desde mediados de 2017, se observa un incremento de la fuerza de trabajo como del empleo. Respecto a la tasa de desempleo, la serie histórica aumenta en promedio 0,2 pp respecto al indicador previo, con el mayor incremento registrado en 2018 que pasó de un desempleo anual de 7% a 7,4%. En el mismo período –en que el PIB creció 4%–, la expansión del empleo se corrigió desde 1,4% hasta 2,2%, dando cuenta de que el rezago del mercado laboral que se observó en el último ciclo de recuperación tiene un componente estructural que va más allá de las dudas metodológicas levantadas a la Encuesta de Empleo.