Titulares que impactaron en el comportamiento esta semana:
Focos Nacionales e Internacionales
En Chile, una posible recesión y el deterioro de la economía global, impactaron en el precio del cobre y dólar.
En Estados Unidos, la actividad manufacturera no cumplió las expectativas de los analistas, aumentando las preocupaciones por un deterioro económico.
En la Eurozona, la inflación marcó un nuevo máximo histórico con 8,6% en doce meses, principalmente por el ítem energía.
El precio del gas en Europa sigue aumentando por los temores ante un posible corte, dado los bajos niveles de suministro por parte de Rusia.
IPC de junio (0,9%) eleva la inflación a máximos históricos
En un contexto de alta inflación y debilidad en la actividad, el Banco Central enfrenta un complejo dilema para sus futuras decisiones. Anticipamos un incremento de la TPM de 50 pb para la próxima semana.
IPC de junio mostró una variación mensual algo por debajo de lo esperado (0,9% vs 1,1% Santander; 1,1% Bloomberg), aunque muy por sobre los registros históricos para junio, un mes donde tradicionalmente la variación de precios es baja. Con ello, la variación anual del IPC se empinó hasta 12,5%, el mayor registro desde comienzos de los 90s. Los componentes subyacentes tuvieron alzas algo menores, aunque elevadas (IPC SAE: 0,8% m/m y 9,9 a/a; IPC sin volátiles: 0,7% m/m y 9,9 a/a) dando cuenta de las presiones más persistentes que aún se expresan en los precios.
Por divisiones, el incremento de los precios fue explicado casi en su totalidad por Alimentos, Transporte y Paquete Turístico, incidiendo 0,88pp del 0,93% de alza del índice total. Esto muestra que, más allá de los efectos de segunda vuelta observados en ciertas categorías de precios, el grueso de la inflación sigue explicado por el traspaso de las alzas de precios internacionales y por el impacto de la depreciación del tipo de cambio. Para julio estimamos que el IPC tendrá una variación de 0,7%, manteniéndose los efectos asociados al debilitamiento de la moneda. Con esto, el incremento anual seguirá en torno a 12,5%.
De no mediar depreciaciones adicionales de la moneda, durante el tercer trimestre podríamos comenzar a observar una cierta moderación en las alzas del IPC. Por una parte, los precios internacionales de las materias primas han retrocedido ante los temores por una recesión global. Por otro lado, distintos datos de actividad y del mercado laboral comienzan a mostrar un debilitamiento. Ambos efectos contribuirán a que la inflación local vaya cediendo. Con todo, los riesgos siguen al alza, debido principalmente a la evolución del tipo de cambio.
El tipo de cambio se deprecia fuertemente, impulsado por la caída del precio del cobre y el fortalecimiento del dólar
Durante la semana el tipo de cambio subió hasta un récord de $1.000 para luego moderarse en lo más reciente, cerrando en torno a $980. Estos cambios están fuertemente vinculados a las variaciones que han presentado tanto el dólar a nivel global como el precio del cobre. Del mismo modo, la paridad ha estado crecientemente influenciada por los niveles de incertidumbre interna. Con ello, se ratifica que el tipo de cambio ha seguido de cerca a sus fundamentales y, tal como mencionamos la semana pasada, una intervención cambiaria tendría poco espacio.
¿Qué hará el Banco Central?
El Consejo enfrenta un complejo dilema para sus futuras decisiones de política monetaria. Por un lado, la elevada inflación y el impacto sobre los precios de la depreciación de la moneda podrían ameritar seguir subiendo la tasa.
Por otra parte, la debilidad que ya comienza a mostrar la economía –sumado por perspectivas más negativas debido al deterioro del escenario externo y la caída del precio del cobre– sugieren que no se requerirá un endurecimiento mucho mayor de la política monetaria para lograr la moderación de la demanda interna necesaria para contener los precios.
Así, anticipamos que el Banco Central decantará por un alza de la TPM de 50 pb durante su reunión de julio (agendada para el próximo miércoles) y así situarla en 9,5%. Luego, en la reunión de septiembre, podría haber un alza adicional de 25 o 50 pb adicionales, dependiendo de los próximos datos de inflación y actividad. A partir de ese momento, la política monetaria debiese entrar en una pausa para comenzar a calibrar el momento adecuado para cambiar de tendencia.
La visión de los agentes financieros es similar a la nuestra en el corto plazo. La Encuesta de Operadores Financieros (EOF) apunta justamente a un alza de 50pb en la próxima reunión. Sin embargo, las tasas de mercado apuestan a un incremento más significativo, de hasta 100 pb, debido a la depreciación de la moneda.
Estimamos que el Banco Central no buscará contrarrestar los movimientos cambiarios con ajustes en la tasa de política, a no ser que estos impliquen cambios muy sustantivos en su visión sobre la inflación de mediano plazo. En tal sentido, movimientos de la moneda explicados por la caída del precio de cobre –si bien tienen un efecto posiblemente inflacionario en el corto plazo– tienden a ser deflacionarios en el mediano por cuanto los menores términos de intercambio afectan negativamente la actividad.
También descartamos que pueda haber una intervención cambiaria, por cuanto estimamos que los movimientos recientes del peso –más allá de cierta volatilidad puntual intradiaria– se explican, en gran medida, por cambios en las variables fundamentales. El riesgo político interno ha afectado el valor de la moneda desde hace varios meses y, probablemente, seguirá incidiendo hacia adelante toda vez que la incertidumbre política permanecerá. Sin embargo, una intervención del Banco Central poco puede hacer ante esto.
Mercados globales, entre vaivenes, cierran la semana con sesgo alcista
Los índices bursátiles internacionales han mostrado tendencias divergentes durante la semana, cerrando con un sesgo alcista liderado por las plazas norteamericanas y europeas (+2%) ante positivas cifras económicas que ayudaron a moderar los temores recesivos (MSCI global: +2%). Virtualmente estables se encuentran el bloque emergente y Latam. La plaza china, en tanto, revirtió parcialmente las ganancias previas tras renovados temores a la imposición de restricciones sanitarias ante el aumento de contagios en Shanghái. Esto último, a pesar del plan de estímulo anunciado por las autoridades para financiar proyectos de infraestructura (US$220 mil millones), lo que impulsó en algo los precios de las materias primas acortando las caídas registradas en la semana. Así, el cobre se cotiza en torno a los US$3,5 la libra (-3%) y el petróleo WTI por sobre los US$100 el barril (-4%).
Las cifras de actividad conocidas en la semana en EE.UU. sorprendieron su mayoría al alza (órdenes industriales: 1,6% vs 0,5% esperado; órdenes de bienes durables: 0,8% vs 0,6%; PMI servicios: 52,7 vs 51,6; ISM servicios: 55,3 vs 54), lo que puso paños fríos a la preocupación por una desaceleración abrupta.
Al cierre de este informe, las señales desde el mercado laboral fueron robustas (cambio en nóminas no agrícolas: 372 mil vs 265 mil previsto), con la tasa de desempleo manteniéndose en 3,6% por tercer mes consecutivo y dando argumentos para que la Fed continúe con su postura agresiva de retiro de estímulos. Tras la poca información adicional otorgada por las minutas de la última reunión, la atención de los mercados ahora está puesta en la cifra de inflación de junio a conocerse la próxima semana, para la cual se espera un nuevo máximo anual de 8,8% (8,6% previo) y sería un elemento clave a evaluar en la próxima reunión de política monetaria a celebrarse a fines de este mes. El dólar global ha continuado fortaleciéndose cerca de un 2%, alcanzando un nuevo récord no visto en 20 años (DXY: 107 puntos), mientras el euro se acerca a la paridad con el dólar tras un desplome superior al 2% en la semana. Las tasas de largo plazo en las principales economías, por su parte, han revertido en el margen las caídas de las últimas semanas y muestran alzas superiores a 5 pb en promedio –ante la confirmación del sesgo hawkish de la Fed–, con la tasa a 10 años de regreso al 3% y confirmando la inversión de la curva de rendimientos en el tramo 10-2 años (-4 pb), lo que históricamente ha precedido episodios de recesión.
En el Viejo Continente, la semana partió con la confianza de los inversionistas en mínimos no vistos en más de dos años (Sentix: -26,4 vs -20 esperado), que luego fue parcialmente compensado por cifras de actividad positivas en junio (PMI servicios: 53 vs 52,8 esperado). Sin embargo, lo que cautivó la atención de los mercados fue la dimisión del Primer Ministro Boris Johnson, en un complejo escenario político, donde tanto la bolsa como la moneda reaccionaron al alza tras el anuncio (+1%).
(Fuentes: AFP CAPITAL, BANCO CENTRAL, BLOOMBERG, CIAPES UC, DIARIO FINANCIERO, EL DÍNAMO, EL MOSTRADOR, INE, INFOBAE, SANTANDER)